Por el momento que vive el mundo por la pandemia y por las nuevas restricciones para viajar, el Departamento de Estado renovó las cartillas de viaje con las que les recomienda a sus ciudadanos a qué países viajar y de qué lugares abstenerse. En la cartilla Colombia tiene el nivel 4, es decir que Estados Unidos recomienda a sus ciudadanos abstenerse de viajar a Colombia.
En el caso concreto de Colombia en la cartilla, el Departamento de Estado recomienda explícitamente no viajar a los departamentos de Arauca, Cauca —con excepción de Popayán, Chocó, con excepción de Nuquí— y el Norte de Santander —con excepción de Cúcuta— debido al crimen y terrorismo que ocurre en esos departamentos.
El boletín advierte que en estas zonas "Los delitos violentos, como el homicidio, el asalto y el robo a mano armada, son comunes. Las actividades delictivas organizadas, como la extorsión, el robo y el secuestro para pedir rescate, están muy extendidas". Y es enfático en afirmar que es mejor evitar viajar a algunos departamentos de Colombia.
Uno de los argumentos del Gobierno de EE. UU. es la existencia de las llamadas «disidencias» de las Farc: "Si bien el Gobierno colombiano firmó un acuerdo de paz con el grupo terrorista Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), algunos grupos disidentes se niegan a desmovilizarse".
No obstante, el Departamento de Estado advierte sobre todo de los riesgos causados por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que "Pueden atacar con poca o ninguna advertencia, apuntando a lugares turísticos, centros de transporte, mercados / centros comerciales, instalaciones del gobierno local, hoteles, clubes, restaurantes, lugares de culto, parques, importantes eventos deportivos y culturales, instituciones educativas, aeropuertos y otras áreas públicas".
Las preocupaciones del Departamento de Estado no son infundadas. Tanto las “disidencias” de las Farc como el ELN mantienen una guerra a muerte con el grupo de Los Rastrojos en el Norte de Santander, donde en cooperación con las fuerzas de la dictadura venezolana ha recrudecido la escalda de violencia en ese departamento este año.
En cuanto a Arauca, la situación es preocupante, ambas guerrillas mantienen un control de hierro sobre estas poblaciones, y organizaciones como Human Rights Watch han denunciado que esas guerrillas estarían secuestrando personas y obligándolas a trabajar a la fuerza en plantaciones y laboratorios de la dictadura de Nicolás Maduro en el estado Apure, en Venezuela. Varios miembros de la Fuerza Pública han perdido la vida en estos departamentos combatiendo a los grupos criminales.
En el Chocó el ELN ha venido reforzando su presencia donde no solo controla rutas, sino que se extiende en los lucrativos negocios de la minería ilegal. En Nariño, la guerra entre las "disidencias" de las Farc y los hombres Gentil Duarte han vuelto riesgoso el departamento.
Las advertencias del Departamento de Estado a sus ciudadanos es un reflejo de la actual situación de inseguridad que enfrenta Colombia, en la que miles de personas tienen que sufrir el yugo de grupos de narcotraficantes y sus guerras por el control de los territorios.
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